La Inclusión de niños
con necesidades especiales
“El derecho a tener oportunidades nos hace
capaces”
(Ernesto
Sábato)
Todos hemos oído hablar alguna
vez de inclusión escolar, referida a la idea de que niños con necesidades
especiales puedan concurrir a escuelas comunes, pero pocas veces hemos visto
esta idea concretada en la práctica, porque cuesta mucho, muchísimo, hacerla
realidad. Porque es un desafío para la comunidad y el sistema educativo en su
totalidad, y porque supone el compromiso de TODOS, niños y niñas, docentes,
padres y madres, cuidadores, terapeutas, porteros, etc.
Sin embargo, que cueste mucho
no quiere decir que sea imposible, y con esta idea es que nuestra escuela
eligió, desde un principio, asumir el desafío de crecer como escuela inclusiva.
Hasta hace muy poco tiempo, en el ámbito educativo se hablaba de
integración escolar porque se tenía la idea de que un niño con necesidades
especiales tenía que adaptarse al sistema escolar, integrándose en él. Este
modelo trajo muchísimos fracasos y frustraciones, tanto para los niños como
para sus padres y sus docentes. Por suerte se ha cambiado la idea sobre el tema
y ahora se parte de la base de que es el sistema educativo el que tiene que
modificarse para responder a las necesidades de todos los alumnos. Desde esta mirada se
entiende que la educación
inclusiva es un derecho de
todos los niños
y niñas, y no sólo de aquellos que tienen necesidades educativas especiales
ligadas a una discapacidad.
“La
inclusión se refiere a la capacidad del sistema educativo de atender a todos
los estudiantes, sin exclusión de ningún tipo. Para ello es necesario abordar
la amplia gama de diferencias que presentan los alumnos y asegurar la
participación y el aprendizaje de cada uno de ellos en el marco de servicios
comunes y universales”
(Ministerio de educación de la nación
argentina, 2009)
Cada uno de nuestros niños
tiene necesidades educativas especiales porque cada uno es único, su forma de
aprender, de percibir y de elaborar lo que recibe del mundo y de los adultos,
es única y diferente a la de los demás.
Por lo tanto, una escuela inclusiva es la que pone sus recursos,
tanto materiales como humanos y metodológicos, al servicio de la discapacidad y
de la diversidad en general, considerándolas una
riqueza invalorable para el crecimiento de su proyecto educativo, y para el
desarrollo humano de todos los que la integran.
Con estas ideas es que venimos trabajando desde un comienzo,
procurando profundizar y mejorar cada año las acciones y estrategias para que
la escuela pueda ser cada día más inclusiva, mejorando la calidad pedagógica y
humana para todos sus alumnos, y participando así de una corriente de educación
inclusiva que por suerte va creciendo cada día, lento pero seguro, en nuestro
país y en el mundo.
Este
eje de inclusión, en nuestra escuela, tiene como objetivos:
·
Trabajar
sobre la diversidad, considerándola una riqueza para el desarrollo tanto
individual como grupal de todos los niños y adultos que conforman la escuela.
·
Posibilitar
procesos de escolarización y socialización de niños con dificultades de
aprendizaje, alteraciones del desarrollo o alguna discapacidad específica, en
un ámbito de la educación común, con niños y niñas de su misma edad
cronológica.
Esta propuesta de escuela
inclusiva, inspirada en los nuevos paradigmas de educación y necesidades
especiales promulgados por la Unesco en el tratado de Salamanca (1994) y La
Convención de la ONU sobre los derechos
de las personas con discapacidades (2008), constituye un espacio sin
antecedentes en la región.
“las
escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones
físicas, intelectuales, sociales, emocionales, lingüísticas u otras…tienen que
encontrar la manera de educar con éxito a todos los niños, incluidos aquellos
con discapacidades graves…el mérito de
estas escuelas no es solo que sean capaces de dar una educación de calidad a
todos los niños, con su creación se da un paso muy importante para intentar
cambiar actitudes de discriminación, crear comunidades que acojan a todos y
sociedades integradoras”.
(UNESCO, 1994)
Para poder desarrollar este eje
con seriedad y responsabilidad la escuela contó, desde principios de 2007, con
el apoyo de la Fundación Hilton – Perkins, a través de un programa de
capacitación y consultoría para la inclusión de niños con necesidades especiales
asociadas a una discapacidad, y con la ayuda desinteresada de varios
profesionales relacionados con la discapacidad.
Año tras año, nos han acompañado en este desafío y han aportado
a esta construcción muchas personas, algunas desde fuera de la escuela otras
desde dentro, unas desde el saber profesional otras desde el sentido común y el
afecto. Todos estos aportes han permitido ir consolidando nuestros objetivos y
nuestras acciones y han contribuido a la conformación de un equipo que en la
actualidad funciona dentro de la escuela, específicamente dedicado a la
inclusión.
Hablamos
de inclusión en términos de construcción porque somos conscientes de nuestra
necesidad de aprender a incluir, no solo en lo que se refiere a la discapacidad
sino a muchos otros aspectos que hacen a la diferencia entre unos y otros seres
humanos.
Porque
la inclusión entendida en su sentido más profundo, y no en términos de mera
tolerancia, implica un trabajo interno que apunta a la aceptación incondicional
de los demás.
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